Después de los
cuatro días inolvidables que vivieron el invierno pasado en el fin del mundo, Facundo
Arana (41) y María Susini (35) quisieron repetir la experiencia bajo cero, pero
esta vez en clave familiar. Por eso armaron las valijas y, junto a sus tres
hijos, India (5) y los mellizos Moro y Yaco (3), volaron rumbo a Ushuaia,
dispuestos a disfrutar de la montaña y la nieve en Cerro Castor, un prodigio de
la naturaleza con 650 hectáreas esquiables.
María fue la
encargada de todos los preparativos y eligió una cabaña del complejo Castor Ski
Lodge, un refugio soñado construido con piedra, troncos y madera en el corazón
de un bosque de cuento que ofrece todo el confort de un hotel cinco estrellas.
Y acertó: encantados con su "casita de montaña", los chicos pasaron
horas armando un gran muñeco de nieve en la puerta, al que abrigaron con gorro,
bufanda y guantes.
A poco de haber
llegado, el jueves 22, toda la familia ya estaba en la nieve. Mientras Facundo
y María perfeccionaban su snowboard en las pistas más difíciles, los chicos
tomaban clases de esquí en la escuelita que está en la base. Fanático de la
montaña, el actor quiso ver desde el aire el cerro más austral del mundo y la
ciudad de Ushuaia, y su mujer lo acompañó en la aventura. Seguramente fue el
momento más romántico para la pareja, en el que deben haber recordado cuando él
le propuso matrimonio mientras sobrevolaban el Everest, después de que Facundo
tuviera que ser evacuado de urgencia del Himalaya por un principio de edema
cerebropulmonar.
Otro paseo, pero
con repetición casi diaria, fue el que hicieron con sus tres
"príncipes" en trineos tirados por perros a través de antiguos
senderos que se pierden en el bosque. La excursión fascinó a los chicos,
especialmente a India, la más mimosa con los siberian huskies y con Cambá, su
perro del fin del mundo. También hubo tiempo para la guerra de bolas de nieve y
hasta para disfrutar del golpe de adrenalina de una moto bajando por la
pendiente de más de mil metros de altura. Facu al volante, María abrazada a su
galán y los chicos en un carrito enganchado a la moto, recorrieron el valle por
nieve vírgen y, como los protagonistas de una telenovela con final feliz, se
divirtieron como nunca. A la hora de las comidas, casi siempre optaron por
Morada del Aguila, el restó más top del lugar, donde probaron las delicias
fueguinas típicas, como cordero y centolla. Y apenas caía el sol se refugiaban
en la intimidad de la cabaña, donde él preparaba el mate amargo que toma todas
las tardes mientras su "reina" organizaba la rutina doméstica.
Felices después de seis días únicos, dedicados exclusivamente a compartir con
sus hijos la pasión por la montaña y la nieve, Facu y María ya planean las
próximas vacaciones en familia.
Fuente: Hola
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