sábado, 24 de agosto de 2013

Katherine Porto supera los obstáculos y encuentra el 'manual para ser feliz'

BY Unknown IN , , , Comentarios


“Despertaba y pensaba: ‘Me quiero morir, no le encuentro sentido a la vida’. Pero como dicen por ahí, ‘cuando más oscuro está, es porque va a amanecer’, y así tal cual lo viví”.
La oscuridad. Ese era el territorio transitado por ella cuando su hijo Alejandro, a los 12 años de edad, se fue a vivir a casa del exesposo. Katherine recuerda que lloraba todos los días, nada lograba importarle y acostumbrada como cualquier madre a ver en su hijo el motor de la existencia, la propia inercia la llevaba hasta el fondo de la depresión.
Han pasado tres años y todavía es evidente cierta añoranza nostálgica aunque ella haya cambiado, al igual que la perspectiva de los hechos. Porque aunque se trató de un sacrificio involuntario, esa situación generó un punto de quiebre en su vida, un resquebrajamiento inesperado capaz de desarmarla y mostrarle su propia vulnerabilidad.
“Nunca he consumido drogas, no soy alcohólica, llevo una vida sana y siempre ha sido así; pero no encontraba la felicidad, y luego entendí que estaba en mí. Pensaba que mi hijo era la única misión de mi vida… ¡y no! Yo soy mi propia misión, y en la medida que trabaje en mí, él recibe lo más bonito”.
Entonces decidió hacerse responsable de su vida y dejar “de quejarse”. Hasta el momento no había hecho otra cosa que juzgar –acción de la que también se ha considerado objeto siempre- y sentía necesario quitársela de encima, lo mismo que tantas otras culpas.
Un par de meses después la llamaron para hacer cine en México. Se trataba de Siete años de matrimonio, una comedia romántica como las que siempre ha coleccionado, y además con su propio monólogo sobre el amor. Sin su hijo encontró muy oportuno irse por cuatro meses a un viaje que le dio el tiempo necesario para estar sola y conectarse consigo misma.
Casada a los 17
Desde entonces han pasado dos años; el último además sin pareja, porque aunque podría solucionar su soltería más temprano que tarde, dice tener muy claro lo que quiere. Justo ahora, cuando decidió pelear contra sus inseguridades y se siente lo suficientemente madura como para volver a ser madre, su meta es encontrar el hombre adecuado para formar una familia.
“Lo intenté cuando era muy joven, me casé y duramos diez años, pero era una niña con muchas responsabilidades de adulta. Terminé el bachillerato, entré a la universidad y al mismo tiempo presentaba las noticias en la Costa. Era mamá, esposa, organizaba los múltiples compromisos sociales de mi marido, y lo más increíble es que vivía en función de todos menos de mí; entonces, decidí hacer muchos cambios en mi vida”.
El nuevo comienzo
La primera vez que la llamaron para actuar se trataba de un antagónico en La viuda de la mafia, novela protagonizada por Carolina Gómez y Abel Rodríguez. Sin pensarlo siquiera, la respuesta de Katherine fue: “No, muchas gracias, no soy actriz”. Estaba en República Dominicana presentando el reallity detrás del reallity en la primera versión de La isla de los famosos 2004, trabajo que se suponía duraría un mes y que terminó triplicándose.
Su desempeño gustó tanto que pronto le estaban pidiendo ‘directos’ para los tres noticieros del canal, y una transmisión más para Muy buenos días. Evidentemente no eran los únicos impresionados, poruqe Sergio Osorio y Herney Luna (directores de La viuda de la mafia) decidieron que era ella, y no otra, la perfecta para darle vida a Ximena Ramírez, antagonista de la producción.
Lo que muchos no sabían es que ese casting que la llevó a La isla de los famosos era la oportunidad sobre la que Katherine pretendía basar su nueva vida. Se había casado a los 17 años de edad con un hombre muy importante y  una de las decisiones tomadas en pro de esa relación fue abandonar su trabajo como presentadora de noticias en Cartagena.
Sin embargo, cuando el vaso esperaba la última gota para ser llenado, ella decidió que era hora de coger las riendas y se enroló en tantos castings como pudo. La decisión estaba tomada y no descansaría hasta encontrar un trabajo fijo que le permitiera ver por Alejandro y separarse sin temores.
“Me fui para poder separarme, había dejado de presentar noticias y necesitaba un trabajo sólido para divorciarme. Estaba casada con un hombre de mucho dinero y me manipulaba así, pero decidí que la plata no me iba a frenar. Pensaba: ‘Yo estudié, tengo todo el potencial, entonces, ¿por qué no?’.
Si no lo hubiera hecho –continúa-, estaría ahí, ‘igualita’, casada con un millonario y aburrida de la vida. ¡No, eso no es lo mío! Por eso me impresiona cuando algunas personas dicen de mí cosas como ‘está buscando un millonario para que la mantenga’. ¡No! Si fuera así, no me hubiera separado…, ya vivía con uno”.
Su trabajo, manzana de la discordia
El caso es que cuando Katherine regresó de República Dominicana, llamó al productor de programas de RCN y le preguntó cuál sería su próximo trabajo. La respuesta: los planes incluían pasajes para ella y Alejandro vía Buenos Aires, y su tarea era hacer la misma labor de La isla de los famosos, pero esta vez en Protagonistas de Novela.
La situación no podía estar peor: llevaba tres meses sin ver a su hijo y esa oferta laboral no era factible, pues sabía que su ex se negaría a firmar el permiso para sacar al niño del país. Y cuando comenzaba a entrar en shock por esa complicación, recordó la propuesta que le habían hecho sobre La viuda de la mafia; llamó a confirmar si seguía en pie y tras presentar una corta prueba, comenzó su nuevo camino.
Desde entonces no paró de actuar: Hasta que la plata nos separe, Quién amará a María (su primer protagónico), Inversiones A.B.C, Tierra de cantores, La diosa coronada, Amar y temer, Los herederos del Monte, La Prepago. También filmó El Jefe y Siete años de matrimonio, y aunque se siente muy orgullosa de su trabajo, sabe que es este precisamente la manzana de la discordia cuando de amores se trata.
“Cuando estrenaron El Jefe estaba viviendo con alguien que supuestamente era mi alma gemela, pero no supo entender mi trabajo. Y eso que le advertí que mi papel era fuerte (interpretaba a una mujer multiorgásmica y tenía una escena en topless en la cama).
Pero siempre me preguntan (cuando llevo como un mes con ellos): ‘Oye, ¿cierto que ‘esto’ no va a ser parte de tu vida y  que es momentáneo?’. ¡¿Cómo esto? Hey, es mi carrera! Más respeto, yo no le digo a nadie que deje su trabajo para estar conmigo”.
Lejos de los estereotipos
Precisamente por la connotación sexual que tenía Ángela, su personaje en el El Jefe, Katherine había declinado la posibilidad de hacer casting para La prepago. No quería seguir alimentando el cliché de la ‘mamacita súper sensual’, siente que en la vida cotidiana las personas se confunden y al final del día no pueden entender que su propia esencia es muy distinta.
No obstante, cuando le explicaron que Erika sería el personaje desde el cual se muestran las consecuencias de dedicarse a ese negocio, le pareció muy interesante. “En televisión siempre están endiosando a los malos y yo tengo un hijo, no quería hacer un personaje que mostrara este trabajo como ‘la maravilla’, y al saber que Érika iba a describir el sufrimiento y las decepciones que este trae, decidí aceptar”.
Ahora Katherine está grabando la nueva comedia de RCN, Manual para ser feliz, un proyecto que buscó, pues es un formato muy parecido al de Hasta que la plata nos separe, donde se hace humor a partir de la tragedia. Su personaje se llama Daniela y es la antagonista de Marcela Mar. “No les puedo contar mucho, pero no van a saber si amarla u odiarla; ha sido muy divertido encarnarla, porque es algo totalmente diferente a Érika”.
Mientras tanto, Katherine seguirá esperando al hombre adecuado, a uno que no la juzgue por sus personajes y que pueda entender quién es ella en realidad. Uno que no vea su sensualidad como el rasgo predominante de su ser y entienda que su vida real va mucho más allá de las fotos y los roles que interpreta.
“¿Sensualidad? Sí, la tengo. ¿Qué hago? Me ha costado trabajo aceptarla. Luchaba contra ella porque la gente se hace un juicio distinto a lo que realmente eres. No te imaginan en tu faceta cotidiana. Soy una mujer normal, soy mamá, me gusta cocinar, soy muy romántica. Si un tipo que quiere salir conmigo piensa solo en sexo, pues va muy mal.
Cuando sea el momento correcto llegará la persona indicada, alguien que maneje mi misma sintonía, que no se asuste, que no quiera ponerme reglas ni pretenda que no sea yo para poder estar con él. Cuando alguien pueda disfrutar de mi carrera y no sentir tanta inseguridad, habrá llegado el indicado”.

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